Overwhelmed mode activado

Y es que ya están aquí. Pero éstos son diferentes... son los últimos.

Debo aclarar que mi agobio no se debe sólo al mes que me espera, sino a los siguientes. No me inquieta no tener ni idea de lo que va a ser de mí en septiembre. La verdad es que hasta hace poco tiempo, pensaba que éste era el motivo de mi agobio. Después de muchas horas tumbada en la cama, arropada con el nórdico, la oscuridad y el silencio, he llegado a la conclusión de que lo que me agobia es que se acaba una temporada o época de mi vida de la que me siento realmente orgullosa.

Como quien no quiere la cosa, lo que ha sido tu día a día durante cuatro años zas, se esfuma. Otra ciudad: vale, pero aunque me quedara en Bilbo... no sería la misma gente. Y es que toda esa gente con la que he compartido farras, trabajos, cafés y muchos, muchos proyectos e ideas se irán, poco a poco, de mi día a día, de mi rutina. Estos cuatro años fuera de casa me han servido para conocer gente de todo tipo: personas a las que admirar, pero también personas de las que aprender a no ser como ellas. Se puede decir que he crecido, que me he hecho una mujercita.

Se puede decir que estoy agobiada porque realmente lo estoy, pero... creo que la morriña universitaria se ha instalado en mi cerebro con unos meses de antelación. "Todo lo bueno se acaba", dijo alguien cierto día. La pregunta es ¿Por qué?. En fin... sólo me queda disfrutar del mes y medio que falta para acabar con una gran sonrisa y almacenando todos los datos para que, cuando vuelva abrir la caja de zapatos, el recuerdo universitario brille con la intensidad con la que he vivido mi "vida universitaria".