Blogia
La caja de zapatos

Soldados y cocineros

Hacía tres años que no vivía in situ la tamborrada. La verdad es que el hecho de que coincida con las fechas de exámenes y el estudiar en Bilbao no son factores precisamente positivos para poder asistir a ella. Pero este año ha sido el retorno de la tradición.

Yo empecé la tarde diciendo la mítica frase de "No, yo no salgo. Bueno, veo un ratillo la tamborrada en la Consti, me tomo un pote, y pa casa". Ya. Te lo has creído tú, como dicen los Chambao.

A las 22.30 bastante pasadas, mientras veía CQC apalancadísima en el sofá, me llamó Pili. "¿Dónde estás?" me pregunta. "Pues en casa, ¿dónde voy a estar?. ¿Tú que andas?". "Estamos en....¿oye, dónde estamos?". De repente una voz de fondo contesta "Creo que por Elgoibar o así". Ya estaba. La noche iba a cambiar radicalmente de plan en un ti-ta.

Formar parte de una marea humana en la plaza de la Constitución es una experiencia un tanto agobiante, pero muuuuy divertida. Pensadlo, un bollo de cientos de personas donde, como uno se mueva, el efecto dominó hace el resto. Risas, alcohol, bailes, reencuentros, cánticos, fotos, vídeos y buen rollo. Resultado: que el pote durara algo más de 6 horas

Tal vez haya sido una irresponsabilidad salir esta noche. Aun más sabiendo de antemano que la semana que viene tres duros exámenes me esperan  con el puñal en la mano, dispuestos a atacar en cualquier momento de debilidad. Pero ¿sabéis qué? Dentro de 15 años no nos vamos a acordar de si tal asignatura la aprobamos a la primera, a la segunda o a la tercera. Pero sí nos acordaremos de aquel fatídico día de San Sebastián, donde dos bilbaínos, dos barbastrenses y una giputxi lo pasaron teta por las calles de donosti (nunca mejor dicho, porque pisamos cuatro bares, si llegaron a cuatro). Valió la pena sobre todo porque el plan fue "de puntazo". Si es que son los que más triunfan, y lo sabéis.

 

0 comentarios